“No recuerdo como se realizó el reparto del “botín”; quizá fue por sorteo de lotes. Sea como fuere, a David Shemin le “tocó” el metabolismo de aminoácidos, lo que le condujo a su trabajo clásico sobre la biosíntesis del hemo. David Rittenburg continuó con su interés en la biosíntesis y recambio de proteínas mientras que los lípidos iban a ser mi territorio.”
-Konrad Bloch, sobre cómo se dirigió su labor hacia problemas del metabolismo de lípidos después de la muerte de su tutor, Rudolf Schoenheimer; artículo en Annual Review of Biochemistry, 1987.
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